Día de Logros para jóvenes que completaron Programa de Desvío

Miércoles, 14 de junio de 2017

 

Día de Logros para jóvenes que completaron Programa de Desvío

 

(San Juan) – El Departamento de Justicia llevó a cabo hoy su primera edición del Día de Logros para 13 jóvenes que participaron y completaron los requisitos a cabalidad del Programa de Desvío que se ofrece a menores imputados por faltas menos graves y algunas graves.

 

Durante la ceremonia, que se llevó a cabo en el Salón José de Diego del Departamento de Justicia, en Miramar, se les otorgaron certificados y medallas a los participantes, que son de entre nueve y 17 años y son de las jurisdicciones de Fajardo, Guayama, Caguas, Aibonito y Ponce. También recibieron premiaciones entre los aspectos de escolaridad, dedicación y compromiso, superación y excelencia.

 

En un momento dado, los 13 adolescentes fueron imputados por faltas bajo el sistema legal de menores, y lograron completar el Programa de Desvío que ofrece el Departamento de Justicia amparado en la Ley 88 de Menores, cuyo propósito es proveerles servicios conducentes a modificar su conducta y su rehabilitación.

 

“El Departamento de Justicia tiene un compromiso con los menores, su rehabilitación y la prevención de la delincuencia juvenil.  Como parte de ese compromiso con los menores, tenemos el Programa de Desvío del Departamento de Justicia.  Este programa provee para que los menores reciban unas herramientas que les ayude a superar distintas situaciones que, entre otras cosas, causaron su intervención a temprana edad al amparo de la Ley de Menores. Sin embargo, hoy tenemos la oportunidad de destacar a jóvenes que, a pesar de atravesar por situaciones difíciles, decidieron levantarse, asumir su responsabilidad y seguir hacia adelante. Eso es motivo de celebración y de orgullo para todos los aquí presentes”, manifestó la Subsecretaria de Justicia, Grisel Santiago.

 

“El Programa de Desvío del Departamento de Justicia tiene el firme propósito de impactar positivamente la vida de los menores mediante la prevención, la rehabilitación y el referido a distintos servicios gubernamentales.  Es mediante el trato individualizado de los trabajadores sociales de desvío que se atienden las necesidades de estos menores, y se proveen las herramientas necesarias para afrontar los retos a los que se enfrentan. Este programa constituye la espina dorsal de la prevención de delincuencia juvenil, así como un vivo ejemplo del compromiso con nuestros jóvenes puertorriqueños”, expresó el Secretario Auxiliar de Asuntos de Menores y Familia, Carlos J. Rivera Santiago.

 

Para poder acogerse al Programa de Desvío, el menor imputado por faltas tipo I o II debe de tener un padre o una madre custodio o tutor que pueda asegurar que el joven cumplirá con el proceso mediante un contrato que firman las partes.  El menor imputado tiene que asistir a los servicios que se le designen y a las citas con el trabajador social. Se les proveen servicios sicológicos, siquiátricos, educativos, tratamiento de uso y abuso de sustancias controladas, y cualquier otra necesidad, en conjunto con otras agencias gubernamentales o entidades privadas, dependiendo de las necesidades del caso.

 

Al completar el proceso, se archiva el caso en su contra.

 

En la actividad participaron además: Yarilis Santiago, en representación del Departamento de Educación; José A. Díaz Juárez, de la Oficina de la Administración de Tribunales (OAT); Juan Torres Gluck, de Assmca; y el teniente Josué Vélez, de la División de Ayuda Juvenil de la Policía de Puerto Rico, entre otros.

 

 

Testimonio

 

Uno de los jóvenes participantes, de 19 años, ofreció su testimonio, recordando que su vida antes de entrar al sistema judicial era “más o menos”.

 

“Considero que no pensaba las cosas bien y actuaba sin pensar. Desde que tenía 13 años, comencé a darle problemas a mami sin querer hacerlo. Era fuerte, imponente y quería que las cosas fueran a mi manera. Tuve amistades que no estaban haciendo las cosas bien y me metí en problemas por eso. Cuando tenía 17 años, comencé a fumar marihuana y probé pastillas. Cuando me descubrieron las drogas que tenía en el bulto, fue que me di cuenta que todo puede pasar en cualquier momento”, relató el joven de Río Grande.

 

En cuanto a su experiencia dentro del Programa de Desvío, confesó: “Tengo que admitirte que el proceso fue uno que tenía que pasar. Gracias a estar aquí pude entender las cosas de manera diferente. Creo que empecé a comportarme de verdad como un hombre. Ahora pude entender lo que me decían sobre asumir responsabilidad por mis actos. Ahora entiendo el significado de la palabra esfuerzo y dedicación. Aprendí a ser responsable con los quehaceres de la casa y formar un equipo con mami. Creo que si esto no me pasaba, nunca podría caer en tiempo”.

 

Narró que se alejó de las drogas y se enfocó en estudiar, y terminó su carrera en barbería y estilismo “y me gradué perteneciendo al cuadro de honor”.

 

“Definitivamente esto tenía que pasar. Si pudiera recomendar el desvío, lo haría. Solo te digo que de las drogas no quiero saber y que aquel joven que hacía las cosas como no eran, ya no existe”, agregó.

 

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